domingo, 4 de septiembre de 2016

Sin ánimos de ofender-¿Qué rayos estabas pensando?




¿Qué estaba pensando, señor presidente?


Es un hecho (o debería serlo a estas alturas): el presidente mexicano actual es consciente de su desaprobación entre los ciudadanos, no por nada su slogan del 4° informe de gobierno dejó claro que "lo bueno casi no se cuenta pero cuenta mucho”, en un intento desesperado por resaltar las bondades de su administración.

Más allá del cuestionado cambio de formato en el Informe –donde el mandatario se dirigió principalmente a la “chaviza”-, la cuestión es que si el presidente sabe que no es “monedita de oro” ¿en qué momento pensó que invitar a Donald Trump era buena idea?

Desde antes de ser candidato presidencial, el multimillonario estadounidense de las bienes raíces dejó claro el odio que siente por los mexicanos (entre otras minorías de su país). Nos llamó reiteradas veces “delincuentes” y “violadores”, no obstante, fue invitado por nuestro propio presidente “sin rencores.”

Su visita se hubiera entendido quizás, si el candidato republicano ya fuera de manera oficial el presidente electo, habría mucho que discutir entonces, para empezar las nuevas salvedades del TLCAN y el “moche” que nos tocaría con el caprichoso muro que sueña el magnate. Pero la visita ahora, en pleno marco del Informe y a escasos meses de la elección estadounidense, fue una pésima decisión.

Es cierto, Hilary Clinton también fue invitada a nuestro país, pero se ve dudosa su llegada, ya que no le cayó en gracia la invitación hacia su contendiente ni la manera en que Peña Nieto prácticamente se puso los pies de este.

Trump regresó triunfante a Estados Unidos, quien sabe que habrá charlado con el Presidente, pero debió ser una plática muy confusa para ambos. Por un lado  el buen Donald tiene en la mente todavía que el pueblo mexicano pagará el muro de sus sueños; mientras que nuestro presidente trata de “consolarnos” diciendo que de haber muro no lo pagaremos nosotros ¿a quién le creemos?

En noviembre  se decide el destino del mundo con la elección del nuevo presidente de la Unión Americana, sería desastrosa una segunda visita de una persona tan non-grata para los mexicanos, por lo que no nos queda más que desearle buena suerte a Hilary, aunque cabe resaltar que con ella también estará pendiente la discusión de los nuevos tratados de intercambio comercial, no crea que la señora Clinton es muy feliz con la planta de Oreo en territorio nacional.

En fin, con el evidente repudio de la población por esta polémica visita, Presidencia ya no supo ni dónde meterse; luego dijeron que había sido idea de Videgaray y dieron unas cuantas “patadas de ahogado” para justificarse, pero la percepción pública ya está dañada, nada más espere las siguientes encuestas de aprobación del Ejecutivo, le garantizo un desplome histórico.

¿Qué estabas pensando, Nicolás?

Otro que cayó de la gracia nacional  esta semana fue Nicolás Alvarado, hoy ex-director de TV UNAM. Y es que a pesar de su experiencia como periodista olvidó la institución a la que representaba y en pleno duelo nacional despotricó contra el fallecido Juan Gabriel.
Mientras muchas señoras lloraban la muerte del músico y otros tantos señores se fueron de parranda en su honor, Alvarado se autoreconoció como “clasista” en su columna de Milenio y tachó de “nacas” las composiciones de El Divo de Juárez.

El fenómeno Fans de JuanGa-Nicolás es muy interesante, podría decirse que ambos lados estuvieron mal. Por un lado, queda demostrado una vez más que la libertad de expresión tiene sus límites –aunque no debería de ser así-, que cuando uno cree estar criticando a una sola persona o idea, olvida que también puede ofender a sus simpatizantes porque el mexicano promedio es especialmente sensible cuando de trivialidades de la farándula se trata.

No obstante, otro hubiera sido el caso si Nicolás trabajara exclusivamente para Milenio o cualquier otra empresa privada, quizás habría muchos ofendidos, pero difícilmente hubiese sido presionado para renunciar. El conflicto, como ya lo mencioné es que Nicolás era cabecilla cultural de los audiovisuales de la UNAM, la máxima casa de estudios en México: PÚBLICA Y LAICA. Ahora hasta la CONAPRED lo trae en la mira para que vaya a cursos de sensibilización y aprenda a no discriminar.

Lectores, que estas dos lecciones de hoy nos sirvan para entender que nuestra opinión es importante, pero lo es aún más que sea congruente con lo que representamos y hacemos. Es válido involucrarse en acontecimientos relevantes y en temas polémicos es por supuesto obligatorio para quienes escribimos.


A veces es recreativo incomodar, uno no está libre de pecado pero por mi parte recuerde que este espacio es… “Sin ánimos de ofender”