lunes, 11 de diciembre de 2017

A un mes de Japón: apreciación

 Imagen de dramatización: Adrián y yo en Kioto

Antes de empezar, me gustaría aclararle amable lector, que en este artículo no pretendo darle tips de supervivencia para su viaje a Japón, es más bien una reflexión muy personal de mi parte, como una plática que tendría con usted si me lo encontrara en un avión, en una banca del parque o en una parada de autobús, muy a lo Forrest Gump (suponiendo que me diera “buena espina” y de verdad considerara ponerme  platicar con usted.)

Y bien, hace exactamente un mes, Adrián y yo salíamos rumbo al aeropuerto, con todos los nervios, risas y emociones previas a un viaje.

¿Qué puedo decirle? Si acabamos de estar en nuestra tierra de ensueño, hablábamos de ella desde que éramos amigos, y no tardamos en prometernos conocerla un día de “pe a pá”, así que cuando las cosas empezaron a formalizarse entre nosotros, nos propusimos que sería nuestro destino cumbre, un destino ideal para nuestra luna de miel: fuimos a Japón. Un país que siempre será parte de nosotros como pareja. Y es que para ambos, leer es un placer, viajar es un placer; y combinar esos hobbies es un éxtasis para la psique. Estar en Japón es como caminar por un tomo de capítulos interminables, tan diversos como complementarios entre sí; y tan distintos a cualquier cosa que haya “leído” en la vida. 

Así como India tiene su “triángulo dorado”, compuesto  por tres principales ciudades que no debe dejar pasar en tu visita: Nueva Delhi, Jaipur y Agra; Japón tiene su “triángulo” compuesto por Tokio, Kioto y Osaka (aunque técnicamente no es un triángulo, se asemeja más a una constelación en el mapa.) Pudimos ver muchos lugares en estas tres ciudades, diferentes zonas, prefecturas; pero tuve mis favoritas:


Tokio 





















Aquí está todo lo que ha percibido sobre la cultura japonesa a lo largo de su vida (si no ha vivido en una cueva, claro): la calidez religiosa de Kamakura, aunado al específico carmesí de las hojas en otoño, los pequeños colegiales con uniforme y gorrito amarillo de excursión, buscando turistas para practicar su inglés. Caminar por Kamakura es un deleite para quienes amamos el silencio, a lo mucho se escuchan pequeñas campanas de oración de los templos budistas.

En contraste a la pacífica Kamakura, en Tokio encontramos también la lujosa zona de Ginza, muy asemejada a la 5ta Avenida en Nueva York, casi con las mismas tiendas: Dior, Tiffany & Co, Dolce & Gabanna, Chanel, Michael Kors, etc. Eso sí: con un toque muy tradicional, justo atrás de la calle donde está la exclusiva tienda Dior, puede encontrar los bares de Ramen más tradicionales a excelentes precios.



Kioto



Con un toque más tradicional y devoto, la belleza de Kioto resume de forma solemne lo que hace famoso a Japón a nivel mundial en cuestiones budistas y sintoístas. Una comunidad tranquila, que puede ser percibida desde que se pone un pie fuera del Shinkansen (tren bala). Casi inmediatamente al llegar a la estación Inari, se observa la entrada al templo que le da su nombre: el Fushimi Inari-Taisha, principal santuario sintoísta dedicado al espíritu de Inari, deidad de los negocios. Recorrerlo da sensación de paz, aunque no logre pasar por todos y cada uno de los Toriis (32,000 según fuentes no del todo oficiales, disculpe, olvidé contarlos por mi propio paso.)


Osaka




















Aquí todo vuelve a tomar un toque moderno gracias a la Avenida Dotonbori, en el Distrito de Namba: repleta de restaurantes, centros comerciales y souvenirs. La modernidad podría compararse fácilmente con Akihabara en Tokio, sólo que va más allá de animes y videojuegos (no me malinterprete, amé Akihabara y toda la mercancía que tiene para ofrecer, siempre para complacer a su niño interior.)



 -Por cierto, le dejo una canción que sonó repetidas veces en mi mente mientras paseaba por Akihabara, no soy la mayor fan de Mega Man, pero sí que me aferro a él de manera nostálgica. La tecnología, videojuegos y caricaturas en los alrededores de Akihabara, me remontaron de forma inevitable a este tema (y en versión extendida por si gusta imaginarme caminando a ese ritmo mientras lee el artículo):


Siguiendo con Osaka, antes de pasar a la estación Nara (si planea regresar a Tokio el mismo día), le recomendaría ver y/o subirse a la tradicional Noria; además de pasar por el Acuario, donde también disfrutará de la vista de la bahía. 

La percepción varía de persona a persona, también si usted vive, estudia, visita o sólo pasa por Japón; lo que es un hecho es que  la nación del sol naciente siempre figura como ejemplo ante las demás y no es de extrañar porqué: Fuimos en tiempo de lluvia y por supuesto, es mal visto entrar con el paraguas escurriendo a cualquier establecimiento, así que puede dejarlo afuera con el resto; teniendo la seguridad de que cuando salga seguirá ahí, en la misma posición. El ejemplo del paraguas es simplón, pero ocurre lo mismo con la bicicleta que renta para recorrer la ciudad, sin candado y sin vigilancia. En fin, el respeto es la base de esa sociedad.


Podría redundar en los hechos de los que fui testigo y que son ampliamente conocidos por quienes tengan un poco de interés en protocolos sobre viajes o en específico sobre este país en Oriente: nunca dar propina, no tocar las manos de los cajeros/tenderos al pagarles (para eso es la charola que todos tienen en frente), no hay muchos basureros en las calles (tampoco basura, ni siquiera colillas de cigarro), etc.  Pero ¿sabe? Lo mejor de los viajes es vivirlos por uno mismo, y visitar Japón siempre será una buena idea para la Luna de Miel, para un viaje de graduación, de cumpleaños, de reflexión… Es un destino imperdible.

Después de regresar a casa con impresiones nuevas y aventuras por contar, reflexionamos sólo una cosa respecto a Japón: volveremos si nuestros años de vida lo permiten, porque la promesa de conocerlo de "Pé a Pá" apenas empezó a cumplirse.


domingo, 1 de octubre de 2017

Sin ánimos de ofender.- Mi percepción sobre 19S: lo bueno, lo malo y lo feo


A las 13:10 horas del pasado 19 de septiembre del presente año, me levanté por el segundo café del día, fue muy rápido, pronto volví a lo mío. La concentración hacia los textos publicitarios en los que estaba trabajando regresó, estaba tan absorta que cuando noté que mi computadora se movió con todo y teclado, la primera reacción que tuve fue sólo regresarla al ángulo donde estaba, fue como un “hey ¿a dónde vas?”… pero, algo iba mal…

De pronto una voz masculina gritó con terror “¡Vámonos, está temblando!” Reaccioné y tomé mi bolso con apenas lo “indispensable”: llaves, cartera y celular, dejando la computadora y los textos pendientes en el limbo. Recuerdo que vi una pareja que se quedó bajo el marco de una puerta mientras bajaba, les grité también “¡vámonos!” , acto seguido, el muchacho me siguió y jaló a la chica con él, quien empezó a llorar. Ya para salir del edificio, vi varias señoras mayores que lloraban, gritaban asustadas y preguntaban por sus hijos, mascotas o demás allegados. Fue una sacudida salvaje de 40 segundos pero pareció una eternidad.

En esos momentos, yo no sabía que tan grave había sido el sismo, recuerdo que varios colegas se reportaron: “Lo siento, no podré entregarte los diseños, no tengo luz y mi señal es muy débil,” decían. Si… yo estaba igual…

Así viví el sismo del 19S en la CDMX y quedé lo suficientemente lista para reaccionar más rápido con el que hubo después, el sábado 23 del mismo mes. Fueron momentos difíciles, pero ahora es peor, la euforia por ayudar va pasando, las teorías ridículas abundan, nuestros representantes están aún más indiferentes  y la insensibilidad va resurgiendo.

 De este desastre natural se pueden identificar varias cosas interesantes, que a su vez pueden dividirse en tres usuales categorías, muy recurrentes en todo ramo desde que tenemos memoria: lo bueno, lo malo, lo feo. Podría escribir una letanía, pero procuraré ser breve por usted, amable lector.

Ya que la mayoría prefiere las malas noticias primero, empezaré por ahí. He visto de todo en estos días, lo suficiente para perder en segundos la fe en la humanidad. Por un lado están los ciudadanos gandallas, quienes se aprovecharon del sismo para seguir siendo calaña de la sociedad. Estuvieron aquellos que asaltaron en los cruces entorpecidos por el caos, los que revendían despensas o el tipejo que encontró la tarjeta de débito de una víctima del sismo y en lugar de reportarla, despilfarró lo que contenía en Zara y Best Buy.

Además de estas lacras usuales y potenciadas por el desastre, se notó la falta de empatía por parte de funcionarios públicos, ni siquiera en estas situaciones pudimos librarnos de su ansia por un “hueso”, ello llegó a ocupar  titulares internacionales como Al Jazeera, Huffington Post Los Angeles Times, el mensaje fue claro: los mexicanos no cuentan con sus políticos para salvarse.

Los partidos políticos primero se negaban a donar (más bien regresar) parte del presupuesto para su administración o campañas para reparar las afectaciones en las ciudades afectadas, luego pasaron a pelearse por quien daba más o a quien se le ocurrió primero. Lamentable e inoportuno, pero eso no fue lo peor: el mandatario mayor anunció en un “emotivo” mensaje que si se ayudaría a los mexicanos afectados…. Con créditos y “solventes” opciones para recuperar su casa, algún día. Inquietante, pero esta actitud se vio hasta en escalones más abajo, cuando la directora del Colegio Rébsamen, uno de los más afectados en la Ciudad de México, exige el pago de colegiaturas en estas circunstancias.

Al final la corrupción parece empoderarse y a pesar de las construcciones dañadas, malos manejos de papelería inmobiliaria y miles de vidas inocentes perdidas o en riesgo, faltan cabezas responsables para altercados que pudieron evitarse, y faltan manos que estén dispuestas a trabajar de principio a fin para reparar los perjuicios.

Luego de lo malo, lo feo: ignorancia desmedida, reclamos sin criterio y muchísimos “muros con tranchetes.” Por ejemplo, al momento de preguntarme como estaba, una persona universitaria -no muy importante en mi vida, por cierto- me dijo: “Aaay que gacho que tembló, ha de ser por la contaminación, la tierra nos está cobrando lo que le estamos haciendo.” Aunque agradecí su preocupación, para mi interior lamenté su terrible obscurantismo  y quise regresarla a la primaria, pero eso no fue lo peor que vi/escuché en estos días.

Varios pseudo-intelectualoides compartieron Fake News, con chairadas implícitas, aún sin vivir en zonas afectadas, sin ayudar físicamente y hasta sin leer las noticias de fuentes mínimamente calificadas como confiables. De forma personal, lo peor que leí en estos días no fue sobre la prematura y apócrifa  partida de auxiliares japoneses ni sobre los perritos rescatistas falsamente “explotados” ni siquiera la estupidez de un “super-megaterremoto” inminente; lo peor que leí fueron falsas alarmas sobre personas muertas, heridas o extraviadas; que sólo lograron entorpecer y desperdiciar recursos de ayuda.

La discriminación también se hizo presente, no sólo al segmentar ayuda cuando algunas dependencias, tanto públicas como privadas, tomaron las riendas, dejando de lado a las comunidades más vulnerables o pequeñas; es sabido que aunado a ello, algunas familias otomíes en La Condesa han denunciado agresiones raciales por el sólo hecho de permanecer en la zona, a pesar de no tener a donde ir.  

Hubo  además muchos reclamos para voluntarios civiles, como el porqué no estaban en su trabajo cotidiano, para mí la respuesta es clara: estaban ayudando, y si, hay que seguir con las actividades económicas que sostienen al país y a su libre mercado, pero la prioridad para cualquier ser humano pensante con un poquito de corazón es ayudar ¿o no? Pues no… muchos patrones y magnates se molestaron con sus empleados por ayudar, o bien por no presentarse a trabajar en edificios a punto de colapsar.

Pero no todo está perdido, ni hundido en la miseria humana. Posterior a lo feo,  viene lo mejor de la situación, lo bueno en medio de la desgracia: esperanza y solidaridad.

Así como nunca en mi vida había sentido un sismo de magnitud 7.1 tan de cerca, tampoco había sentido la calidez y la humanidad presente en la mayoría de los mexicanos. Hoy puedo decir que mi espíritu de lucha ha aumentado, y del mismo modo, la confianza que me producen los amigos, los conocidos y hasta la diplomacia internacional. La comunicación con mis allegados en la ciudad fue excelente en esos días, de la misma manera con quienes están lejos, en otro país o en otro Estado. Me di cuenta de que en general, me he rodeado de personas buenas, conscientes y comprometidas con el país. Quisiera que esto permaneciera así de tangible sin necesidad de que otro desastre nos impactara. Quisiera ver el respaldo que vi en estos días, presente en cada persona que conozca de hoy en adelante.

Por su parte, las figuras públicas fueron vistas ayudando o donando; y a pesar de los “dimes y diretes,” a mí para ser franca me importa muy poco si lo hacen por ganar más fama o simpatía, lo importante es que se dieron a la tarea de apoyar y usar su presencia en medios de gran alcance para inspirar a más personas.

Para finalizar, quisiera enfatizar una percepción que destacó por primera vez: la importancia que las mascotas deben tener en todas las familias: perritos, gatos, un perico y una tortuga; vidas valiosas que pasaron por este desastre y a su vez, de forma afortunada, fueron objetivos por parte de los rescatistas

Quedan muchas interrogantes luego de esta reflexión ¿no? En lo personal, puedo responder algunas: ¿Tienes el gobierno que mereces? si exiges más de lo que das, no estás lejos de que te quede como anillo al dedo  ¿Tenemos los medios que merecemos? Unos si, otros son inocentes; si compartes noticias falsas para hacerte el o la sabionda, para generar discusiones sin sentido,  para fomentar más ignorancia o para promover a tu “gallo” del 2018, no eres mejor que Televisa y su confusa historia sobre la niña “Frida Sofía.”

¿Entonces debemos enfocarnos en lo malo y lo feo? No. Aunque tampoco se deben dejar de lado las cuestiones “pesimistas,” sin duda fuimos testigos de lo que la mayoría de los mexicanos merecemos y estamos dispuestos a corresponder: solidaridad, bondad y manos amigas en circunstancias difíciles. Somos más los buenos, que no quede duda.

sábado, 10 de junio de 2017

Crítica "Get Out"-Un terror innovador


Ficha técnica:
Título: Get Out
Año: 2017
Director y guionista: Jordan Peele
Presupuesto: 4.5 millones de dólares
País de Origen: Estados Unidos
Estreno en México: 19 de mayo de 2017
















Chris (Daniel Kaluuya) y Rose (Allison Williams) son una pareja que atraviesa por el encanto típico de los primeros meses en una relación amorosa: todo es lindo, novedoso, dulce y emocionante. Ante ello, Rose ha decidido que la relación debe avanzar, por lo que convence a  Chris para pasar todo un fin de semana con sus padres.

La tensión y nerviosismo de conocer a los suegros va más allá de lo normal para Chris, pues teme que los rechacen por ser negro. Y mientras Rose insiste en que no hay nada para preocuparse, la familia de la chica recibe al chico de una manera por demás complaciente… Quizás demasiado.

Los padres y el hermano de Rose, atosigan  a Chris con cumplidos incómodos todo el tiempo de tipo: como eres negro seguro eres un atleta genial, tu composición genética te permite tener buen aguante en las peleas ¿no?, etc.  La situación es todavía más incómoda para nuestro protagonista cuando nota que todos los trabajadores de esa casa son de raza negra, quienes además siempre tienen una extraña sonrisa en el rostro aunada a una actitud de trance permanente.


Cuando más “familiares blancos”, entre tíos y primos de Rose, llegan a lo que parece una reunión anual y ven a Chris como una pieza de museo exótica, las sutiles incomodidades por comentarios inapropiados, pronto pasan a ser problemas reales, nuestro protagonista comienza a darse cuenta de que quizás fue invitado a ese lugar por otra razón y que sus suegros, y su “nueva familia política” en general, podrían esconder una faceta maquiavélica tras esos extraños cumplidos.

Get Out nació de la pluma del humorista afroamericano Jordan Peele (MADTv, Key & Peele), desde luego es un guión que contrasta con la fama adquirida hasta ahora por este escritor; pues llega a demostrarnos que no sólo se le da bien la comedia, sino que ha iniciado con el pie derecho en la dirección de cintas de terror. Desde su estreno en el Festival de Cine de Sundance, la obra de Peele ha recaudado más de 230 millones de dólares en todo el mundo, y va por más al estrenarse ahora en Hispanoamérica (bajo el nombre de ¡Huye!).

Tras el “sorpresivo” éxito que la envuelve, hay que entender todo lo que el contexto de la película encierra tras el terror y la incertidumbre que pueda causarnos la travesía del protagonista. En primer lugar, aunque Pelee había anunciado sus planes para Get Out desde 2015, la película estrenó apenas dos meses después de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos. Sin ánimos de verme conspiradora, no es ningún secreto el racismo y la intolerancia que ha promovido el nuevo soberano americano.


La película muestra una forma interesante de discriminación y acoso a través de halagos que se van tornando peligrosos. Mientras Trump no ha dudado en gritar a los cuatro vientos su odio hacia las diferentes razas, en la película vemos ataques que inician como inofensivos (o como dicen popularmente “chingaqueditos”) y por alguna razón, la familia de Rose encaja perfecto en el estereotipo de la familia caucásica de los altos suburbios estadounidenses.

El racismo es un parteaguas en esta obra, presente de principio a fin e implantado de forma capaz de ponerte en el lugar de la víctima, sea cual sea tu etnia. Es por supuesto, muy diferente a las cintas cuya trama se centra en la esclavitud de principios del Siglo XX, pues traslada la problemática a tiempos actuales.

Get Out es ácida, incómoda y creativa, lo que uno siempre busca en una cinta de terror, y añade para su buen cierre algo de reflexión cruda y contemporánea. Muy recomendable.


TRÁILER:






domingo, 21 de mayo de 2017

Garabatos-Mocosus Castrosus


¡Hola lectores! Disculpen ustedes el abandono, recientemente estuve planeando y organizando mi boda. Es todo un relajo que requería de todo de mi tiempo, sin mencionar la atención  que me comprometo a dar a los clientes de la agencia de publicidad donde trabajo con respecto a contenidos escritos.

Ahora que la boda ya pasó, espero estar de vuelta por estos lares más seguido y ya no sólo con escritos, últimamente me siento muy creativa con garabatos y caricaturas, como el que les presento hoy.

En esta ocasión les presento este que se me ocurrió mientras realizaba un conocido, castrante y obligatorio trámite ciudadano. Vi muchos especímenes como estos y descubrí que tienen varias cosas en común.

El Mocosus Latosus también es visto en transporte público y suelen ser las crías de los Progeniturus Valemadr*s, que lo descuida por periodos prolongados:


lunes, 5 de diciembre de 2016

Sobre el cumpleaños de Walt Disney y lecciones de su vida


Estos tiempos decembrinos me ponen más idealista y soñadora de lo normal (si, es posible) y tomando en cuenta que las efemérides de hoy se centran en el cumpleaños de una de las personas más inspiradoras para mí, tenía que escribir sobre él: Walt Disney.

Muchas cosas pueden decirse de Disney como individuo, mientras que para algunos es una mente brillante y un ejemplo en varios ámbitos; otros prefieren concentrarse en los aspectos negativos que rodean a su figura, como en la política machista que poseían sus empresas hace algunos años -algo habitual en todas las compañías de la primera mitad del siglo XX-, sus presuntos engaños malévolos a través de personajes subliminales e incluso sus supuestos y disparatados vínculos con sectas.

En lo personal me inclino por la primera faceta, la positiva, ya que todos al menos una vez nos hemos fascinado con sus personajes e historias, o bien, con el legado que dejó y que ahora forma parte de las nuevas generaciones; así como sus grandes enseñanzas en materia de negocios, arte, marketing, liderazgo, relaciones públicas, etc. Sería hipócrita de mi parte hablar mal de este genio siendo que toda la vida ha sido fuente de inspiración para mí.

Hace poco hice un largo viaje al continente asiático, a un lugar que quizás poco tendría que ver con Disney, si no fuera porque al estar en esas tierras volví a sentir aquello que relacionamos popularmente con el regocijo “Disney” en mi mente, eso que se siente cuando un sueño por fin se cumple: al acabar una carrera, al obtener un reconocimiento, al obtener el trabajo ansiado, incluso al enamorarse.

Así pues además del natalicio de Disney y sus enseñanzas para la realización personal, este escrito a manera de conteo es en parte gracias a ese viaje planeado por mi cuenta.

Aclaro, si las enseñanzas motivacionales se dejan en palabrería e imágenes brillosas con “Piolínes” se chotean y se gastan; pero cuando uno se decide a aplicarlas, son recursos muy valiosos. A continuación las lecciones Disney más importantes desde mi punto de vista:

1.- “Si puedes soñarlo, puedes lograrlo”


Una frase dicha en forma textual por Disney, lista  para tacharse de cursi o parloteo motivacional barato, la vemos en carteles “motivacionales” de Facebook y suena al choro que te avienta cualquier hijo de vecino con complejo de Paulo Coelho; sin embargo, bien aplicada y entendida puede hacer la diferencia.

Cuando somos niños estamos llenos de sueños, esperamos vidas increíbles y  hazañas impensables para nuestro futuro; al crecer, la gente suele olvidarse de las promesas que se hizo a sí mismo siendo más jóvenes y es cuando comienzan las frustraciones.

Hubo una etapa en la vida de Walt en la que se ejemplifica esta frase a la perfección: Disney anheló llevar a la pantalla grande Alicia en el país de Las Maravillas, incluso antes que Blancanieves. Pocos lo saben, pero fue Alicia la opera prima de Walt al surgir desde principios de los años 20 en historietas cortas que planeaba y dibujaba en conjunto con su hermano Roy.


Pasaron más de 30 años para que Alicia se viera cristalizada como la película que todos conocemos ahora: pasó por problemas de presupuesto, animación e incluso estuvo suspendida durante mucho tiempo cuando Roy Disney contrajo tuberculosis.

Por fortuna ahí está, formando parte de la infancia alrededor del mundo desde 1951.Quizás si Walt hubiera cedido a la frustración en esos 30 años que conllevó la concepción final de Alicia, la entrañable niña se habría quedado atrapada en piezas de papel.

Es verdad, todos hemos tenido frustraciones alguna vez, pequeñas o grandes, lo grave es estancarse en ellas y conformarse, pues es cuando el frustrado comienza con las quejas, el auto-reproche a sus decisiones y la envidia a quienes consiguieron más.

La lección “Disney” de este punto es la convicción para estar del otro lado, ver más allá de nuestra nariz y de los problemas y claro, tener la valentía de hacer los sacrificios que cada sueño trae consigo.


2.- Muchos villanos te esperan


¿Qué sería de la vida sin gente estorbosa e indeseable? Algo realmente muy aburrido en verdad, lo decían nuestras propias abuelas o madres cuando nos quejábamos de algunos compañeritos de escuela. Nadie se libra de ellos, al avanzar inevitablemente habrá quien quiera interferir o bien, aprovecharse haciéndose pasar por aliado.

Walt Disney se enfrentó con muchos némesis a lo largo de su carrera, pero quizás el más destacado en este punto sería Charles Mintz, a quien conoció en un estudio pequeño amparado por Universal Studios.

Disney se presentó en 1928 ante ese pequeño estudio para dar a conocer a su personaje más prometedor: Oswald, The Lucky Rabbit. Fue Charles Mintz quien lo recibió, dándole a Disney la primera oportunidad para que Oswald figurara en una serie de cortos. No obstante, cuando Disney  pidió más presupuesto a Mintz, éste lo rechazó, lo despidió y le “arrebató” su personaje gracias a que el contrato especificaba el cede de derechos a la casa productora.


Oswald duró poco bajo el control de Mintz, Universal Studios lo absorbió y pronto pasó a manos de Walter Lantz y otros antiguos colaboradores de Disney. Walt nunca volvió a tener la oportunidad de animar a su entrañable conejo. Con el tiempo, Lantz dejó de lado a Oswald para concentrarse en su propia serie: Woody Woodpecker, mejor conocido en Latinoamérica como El Pájaro Loco

El desenlace de esta historia, aunque tardío llega a considerarse “feliz” cuando en 2006, Walt Disney Company compra de nueva cuenta los derechos de Oswald, así, el personaje vuelve al legado que dejó su creador.

Quizás se perciba como una anécdota melancólica, pero si Disney no se hubiera topado a Mintz, Oswald nunca habría visto la luz y más aún, si este productor no hubiese “jugado sucio”, no conoceríamos al personaje alterno que Walt imaginó después de perder a Oswald: Mickey Mouse.

Lo único que cabe recordar con este ejemplo, es que cada persona libra sus propias batallas y aunque algunas se planteen soluciones bajas o sucias, siempre habrá manera de enfrentarlos o sobreponerse. Para satisfacción extra, recuerda que no hay nada como callarle la boca a tus detractores obteniendo tus logros de manera limpia.

3.- Las cosas por cuenta propia salen mejor de lo que esperas


Por alguna razón nuestra generación creció con una tendencia extraña al trabajo en equipo, hasta para la tarea más estúpida o simple. Aunque es cierto que el trabajo en equipo bien aplicado a niveles institucionales y/o globales es vital, lo cierto es que en algún momento se perdió el rumbo y se busca que todo se haga entre todos, muchas veces entorpeciendo el proceso.

Walt Disney obtuvo la mayor parte de sus ideas solo y únicamente buscaba colaboradores para lo esencial, siempre cuidando que fueran los mejores de su rango –no sus “compas”- y asegurando sus licencias (para no volver a vivir lo de Oswald).

Cuesta imaginar la “mesa de diálogo”, el “focus group” o cualquier equipo de trabajo previo para Alicia en el País de las Maravillas o Blancanieves. Si cada uno de los que trabajó en esta cinta hubiera dado su punto de vista, o si fuera como en tiempos modernos que todos se victimizan y se ofenden por todo… Quizás esas cintas seguirían en planeación o tendrían pésimos resultados.


Disney, al menos en el inicio de sus proyectos, prefería trabajar solo, simplemente era el tipo de persona que sabía lo que quería, con suficiente determinación para hacerlo y para quitarse de encima a los indecisos que lo rodeaban.

Cuando nos dicen que aprendamos a trabajar en equipo, muchos lo interpretan en los dos extremos que friegan el resultado: preguntar el punto de vista a todos o bien, anteponer el suyo como verdad absoluta de Mesías. No es ni una, ni otra; el buen trabajo en equipo se logra cuando cada uno de sus miembros ha desarrollado empatía, pero en especial, cuando ha probado con éxito sus habilidades de forma individual, no antes.

4.- Aprende a diversificarte


En la década de los 40, en plena guerra, Disney se fascinó con la cultura latinoamericana y creó una película inolvidable: Los Tres Caballeros.

En la trama, el Pato Donald abre sus regalos de cumpleaños y la mayoría de ellos resultan ser de parte de sus amigos latinos, por lo que aprovecha muy bien la ocasión para aprender más sobre la cultura y costumbres de los mismos. El iracundo pero querido pato hace además dos nuevos amigos: el periquito brasileño José Carioca y el gallo mexicano Pancho Pistolas. Mediante canciones y jocosas anécdotas, se logra una semblanza impecable, llena de colores, aprendizaje y nostalgia.



La posmodernidad y las victimas de primer mundo de nuestros tiempos, podrían colocar a esta película como ofensiva y plagada de estereotipos, pero  lo cierto es que en el contexto de la época tuvo una excelente respuesta por parte de todos los involucrados, contó además con la participación de buena gana de actores latinos destacados, tales como: José Oliviera, Joaquín Garay, Aurora Miranda, Carmen Molina, Dora Luz, etc.

En el contexto histórico, en ésa época faltaba mucho por hacer en materia de empatía racial, por lo que a pesar de las críticas quejumbrosas y modernas, esta producción y la predecesora “Saludos amigos”, contribuyeron con el parte-aguas que fomentó la sana convivencia con los latinos en las producciones cinematográficas de Hollywood.

En la actualidad, el legado Disney ha explorado diferentes culturas y razas, dando a sus compañías de forma global, una política incluyente y solidaria.


5.-  “La mejor manera de empezar algo, es dejar de hablar y empezar a hacerlo”


Mi frase favorita, una ley de vida que todos deberían aplicar para ser menos metiches y más felices. Disney logró aprender que cuando se juzga menos a terceros y se más concentra en lo propio, se obtienen resultados increíbles.

Cuando sus hijas le hablaron del personaje de Mary Poppins, él les prometió que haría una película basada en esa increíble niñera.

Walt pudo haber aplazado esa promesa toda la vida, parlotear una y otra vez y dejarlo en un anhelo incumplido; nadie se lo hubiera reprochado – probablemente ni siquiera sus hijas al crecer-,pero optó por hacerlo de verdad, y aunque la creadora de Mary Poppins, Pamela Lyndon Travers, resultó ser una persona difícil para negociar, después de muchos años de visitas a Londres y de invitaciones a Disneyland, finalmente Lyndon Travers accedió para que Julie Andrews personificara a ese personaje en el largometraje musical que todos conocemos.




 A través de este texto, seguro ya cayó en cuenta, querido lector, que Walt  Disney creyó en si mismo, pero sabía que la magia de las hadas en sus películas no llega sola, por l oque n ose quedó en “choritos” motivacionales y realizó múltipeles esfuerzos y sacrificios hasta ser, aún tras su muerte una figura clave en la historia del cine y los negocios. 

jueves, 3 de noviembre de 2016

Personas a las que deberías temer todo el año




Estos días siempre traen consigo la vibra temerosa por doquier ¡y qué época tan maravillosa! porque de ese “temor” somos todos partícipes: elaborando disfraces, disfrutando de la comida típica, sacando nuestro lado más artístico, etc.

No obstante, al pasar todo este ambiente extraordinario, se quedan situaciones y personas indeseables que producen verdaderos dolores de cabeza e incomodidad brutal los 365 días del año. Precisamente de estas últimas hablaremos hoy,  seguro en tu círculo tienes a más de una.

Sin necesidad de grandes conocimientos en psicología, es fácil detectar a estos especímenes:


1.- El tóxico

Están por todas partes, física y mediáticamente. Últimamente todos hablan sobre ellos, como evitarlos o como sacarlos de tu vida “sin rebote”.  Lo triste es que ninguna de las dos tareas es fácil, la mayoría de las veces es normal desarrollar un profundo aprecio (o apego) hacia estas personas y es fácil sentirse culpable por alejarte de ellos, de pronto podrías juzgarte a ti mismo como el villano.

En mi muy particular punto de vista, es imposible rodearte sólo de personas positivas que ayuden a tu crecimiento personal. Las personas tóxicas son parte de la vida de todos y a veces están más cerca de lo que creemos, lo ideal es sobrellevarlas sin tomarlas en serio. Todos necesitamos rivales y/o personas difíciles para aprender de la vida misma.

Sería ideal dejar de azorarse por la existencia de estos seres, en especial para no terminar siendo parte de esta temida legión ante tanta insistencia, recuerden la sabia frase de Friedrich Nietzsche: 

“Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”


2.- El familiar incómodo

La familia es lo primero, es siempre en nuestros primos y tíos que encontramos, además de en nuestros padres, apoyo incondicional, son los primeros consejeros y amigos… o eso dicen. Aunque en general la afirmación anterior es cierta, no falta en la familia algún miembro tóxico. Esta situación es más incómoda que el punto uno, porque el hecho de recibir malas vibras se vuelve más grave si quien las tira es parte del círculo que se supone que está para alentarte.

Puede ser un hermano, un primo, etc.  Es ese individuo que siempre ha estado presente en tu vida, de alguna forma y en variadas intensidades, te ha  “fregado” con su mala entraña y desde la primera vez se percibió la incomodidad.

Gracias al cielo ahora eres mayor y afortunadamente sólo debes ver a ese familiar en ocasiones esporádicas, quizás lo tengas en Facebook y aunque de pronto no lo reconozcas porque se volvió un experto en ocultar su innegable “color de llanta” con variados filtros en la mencionada red social, su esencia es indiscutible.

Cabe destacar que tampoco vale la pena enfocarse mucho en este ser, al igual que si fuera un amigo o compañero tóxico, existen formas civilizadas de lidiar con él (siempre y cuando su mala vibra no afecte tu integridad física, claro está). Lo importante en este caso es que tomes una distancia razonable, siempre será aquel a quien tus padres insisten en  invitar a tus eventos importantes porque es “familia” y ni modo, muy a tu pesar  tus padres tienen razón y a menos que tu integridad física se vea afectada, las malas vibras del familiar incómodo no serán percibidas por los demás. Muéstrale siempre tu cortesía.


3.- La señorita que te atiende en el SAT

Siempre estará ahí, con esa torta de quesillo apestando al lado de su regazo y con su jugo verde sin colar a medio tomar. Es casi como un familiar, tampoco puedes prescindir de ella, para bien o para mal la necesitas o la necesitarías cuando menos te lo esperes.

Lo ideal sería ponerle música para calmarla, como se hace con las bestias legendarias, pero corres el riesgo de que utilice este pretexto para justificar su improvisada sordez y tampoco tú la escucharías ante su afán por susurrar todo.

Por un lado, puedes ver lo menos posible a este espécimen gracias al rudimentario sitio web del SAT, que te servirá para trámites muy básicos, pero por lo menos –y si tienes suerte- deberás ver a esta señorita cada cuatro años para renovar tu Firma Electrónica.

Lo mejor para sobrellevarla es imaginar que es un adorable perro Bulldog, que tras esa cara chata de pocos amigos, todavía queda el alma de un afligido contribuyente más con sueños e ilusiones. Cuando no puedas enfrentarte al caótico sitio web de esta dependencia, intenta hacer tu cita lo más temprano posible para que no la agarres desayunando ni de malas por haber atendido ya a veintitantos incautos.


4.- La enfermera del IMSS

Esta subespecie de la que encontramos en el SAT,  es conocida por amar su trabajo tanto como a los pacientes que acuden a ella… No puedes levantarle la voz y en especial, no acudas a su lecho a menos que ya hayas averiguado que no hay posibilidad de acudir a alguien más. Si te atreves a considerarla tu primera opción para pedirle informes o para preguntar por algún enfermo, te arriesgas a su cara de fuchi y a una que otra regañiza por no saber nada de la vida según su percepción.

Quizás sea difícil en circunstancias que ponen en jaque la salud, pero la clave con este peculiar individuo es no mostrarle desesperación y angustia, ya que los considera aperitivos previos a su atole de nuez.

Si tienes suerte quizás encuentres una enfermera con vocación de servicio que pueda ayudarte, son casi seres mitológicos, pero existen y ya han sido observadas.


5.- Cualquier próximo ganador de las elecciones en EE.UU

He aquí el peor de la lista. Muchos creen que Hillary Clinton sería una bendición para México, pero quizás estos mismos desconozcan que la candidata no es precisamente partidaria de los intereses mexicanos.

Sabemos de antemano que Donald Trump es un peligro para México en materia migratoria y comercial, pero las propuestas del republicano no difieren tanto de las de la Señora Clinton. Para empezar, cualquiera que gane tendrá una relación incómoda con Enrique Peña Nieto, a quien todavía le quedan dos años en La Silla: los primeros asuntos a tratar serán en materia de corrupción, además de la extradición del Chapo Guzmán.

Al contrario de lo que se cree popularmente, Trump no inventó la propuesta de poner un “muro” físico entre México y Estados Unidos, esa idea se remonta hasta la administración de Bill Clinton. Cabe destacar que la primera vez que Hillary buscó la presidencia en 2008, proponía registrar a todos los inmigrantes ilegales para “marcarlos” de alguna forma si hubiesen cometido algún delito.

A mediano plazo, lo que más hay que temer de ambos candidatos es el cambio de los tratados comerciales que tienen con nuestro país, a ninguno de los dos les hacen gracia los actuales y aseguran que con ellos arrebatamos empleos a sus compatriotas a lo loco.



Permanece atento luego de la depresión post-Halloween/Día de Muertos, el verdadero terror puede darse en cualquier época del año ¿Crees que faltó algún ser digno de la lista? 

domingo, 4 de septiembre de 2016

Sin ánimos de ofender-¿Qué rayos estabas pensando?




¿Qué estaba pensando, señor presidente?


Es un hecho (o debería serlo a estas alturas): el presidente mexicano actual es consciente de su desaprobación entre los ciudadanos, no por nada su slogan del 4° informe de gobierno dejó claro que "lo bueno casi no se cuenta pero cuenta mucho”, en un intento desesperado por resaltar las bondades de su administración.

Más allá del cuestionado cambio de formato en el Informe –donde el mandatario se dirigió principalmente a la “chaviza”-, la cuestión es que si el presidente sabe que no es “monedita de oro” ¿en qué momento pensó que invitar a Donald Trump era buena idea?

Desde antes de ser candidato presidencial, el multimillonario estadounidense de las bienes raíces dejó claro el odio que siente por los mexicanos (entre otras minorías de su país). Nos llamó reiteradas veces “delincuentes” y “violadores”, no obstante, fue invitado por nuestro propio presidente “sin rencores.”

Su visita se hubiera entendido quizás, si el candidato republicano ya fuera de manera oficial el presidente electo, habría mucho que discutir entonces, para empezar las nuevas salvedades del TLCAN y el “moche” que nos tocaría con el caprichoso muro que sueña el magnate. Pero la visita ahora, en pleno marco del Informe y a escasos meses de la elección estadounidense, fue una pésima decisión.

Es cierto, Hilary Clinton también fue invitada a nuestro país, pero se ve dudosa su llegada, ya que no le cayó en gracia la invitación hacia su contendiente ni la manera en que Peña Nieto prácticamente se puso los pies de este.

Trump regresó triunfante a Estados Unidos, quien sabe que habrá charlado con el Presidente, pero debió ser una plática muy confusa para ambos. Por un lado  el buen Donald tiene en la mente todavía que el pueblo mexicano pagará el muro de sus sueños; mientras que nuestro presidente trata de “consolarnos” diciendo que de haber muro no lo pagaremos nosotros ¿a quién le creemos?

En noviembre  se decide el destino del mundo con la elección del nuevo presidente de la Unión Americana, sería desastrosa una segunda visita de una persona tan non-grata para los mexicanos, por lo que no nos queda más que desearle buena suerte a Hilary, aunque cabe resaltar que con ella también estará pendiente la discusión de los nuevos tratados de intercambio comercial, no crea que la señora Clinton es muy feliz con la planta de Oreo en territorio nacional.

En fin, con el evidente repudio de la población por esta polémica visita, Presidencia ya no supo ni dónde meterse; luego dijeron que había sido idea de Videgaray y dieron unas cuantas “patadas de ahogado” para justificarse, pero la percepción pública ya está dañada, nada más espere las siguientes encuestas de aprobación del Ejecutivo, le garantizo un desplome histórico.

¿Qué estabas pensando, Nicolás?

Otro que cayó de la gracia nacional  esta semana fue Nicolás Alvarado, hoy ex-director de TV UNAM. Y es que a pesar de su experiencia como periodista olvidó la institución a la que representaba y en pleno duelo nacional despotricó contra el fallecido Juan Gabriel.
Mientras muchas señoras lloraban la muerte del músico y otros tantos señores se fueron de parranda en su honor, Alvarado se autoreconoció como “clasista” en su columna de Milenio y tachó de “nacas” las composiciones de El Divo de Juárez.

El fenómeno Fans de JuanGa-Nicolás es muy interesante, podría decirse que ambos lados estuvieron mal. Por un lado, queda demostrado una vez más que la libertad de expresión tiene sus límites –aunque no debería de ser así-, que cuando uno cree estar criticando a una sola persona o idea, olvida que también puede ofender a sus simpatizantes porque el mexicano promedio es especialmente sensible cuando de trivialidades de la farándula se trata.

No obstante, otro hubiera sido el caso si Nicolás trabajara exclusivamente para Milenio o cualquier otra empresa privada, quizás habría muchos ofendidos, pero difícilmente hubiese sido presionado para renunciar. El conflicto, como ya lo mencioné es que Nicolás era cabecilla cultural de los audiovisuales de la UNAM, la máxima casa de estudios en México: PÚBLICA Y LAICA. Ahora hasta la CONAPRED lo trae en la mira para que vaya a cursos de sensibilización y aprenda a no discriminar.

Lectores, que estas dos lecciones de hoy nos sirvan para entender que nuestra opinión es importante, pero lo es aún más que sea congruente con lo que representamos y hacemos. Es válido involucrarse en acontecimientos relevantes y en temas polémicos es por supuesto obligatorio para quienes escribimos.


A veces es recreativo incomodar, uno no está libre de pecado pero por mi parte recuerde que este espacio es… “Sin ánimos de ofender”