¿Qué estaba pensando, señor presidente?
Es un hecho (o debería serlo a estas alturas): el
presidente mexicano actual es consciente de su desaprobación entre los
ciudadanos, no por nada su slogan del 4° informe de gobierno dejó claro que
"lo bueno casi no se cuenta pero cuenta mucho”, en un intento desesperado
por resaltar las bondades de su administración.
Más allá del cuestionado cambio de formato en el
Informe –donde el mandatario se dirigió principalmente a la “chaviza”-, la
cuestión es que si el presidente sabe que no es “monedita de oro” ¿en qué
momento pensó que invitar a Donald Trump era buena idea?
Desde antes de ser candidato presidencial, el
multimillonario estadounidense de las bienes raíces dejó claro el odio que
siente por los mexicanos (entre otras minorías de su país). Nos llamó
reiteradas veces “delincuentes” y “violadores”, no obstante, fue invitado por
nuestro propio presidente “sin rencores.”
Su visita se hubiera entendido quizás, si el
candidato republicano ya fuera de manera oficial el presidente electo, habría
mucho que discutir entonces, para empezar las nuevas salvedades del TLCAN y el
“moche” que nos tocaría con el caprichoso muro que sueña el magnate. Pero la
visita ahora, en pleno marco del Informe y a escasos meses de la elección
estadounidense, fue una pésima decisión.
Es cierto, Hilary Clinton también fue invitada a
nuestro país, pero se ve dudosa su llegada, ya que no le cayó en gracia la
invitación hacia su contendiente ni la manera en que Peña Nieto prácticamente
se puso los pies de este.
Trump regresó triunfante a Estados Unidos, quien
sabe que habrá charlado con el Presidente, pero debió ser una plática muy
confusa para ambos. Por un lado el buen
Donald tiene en la mente todavía que el pueblo mexicano pagará el muro de sus
sueños; mientras que nuestro presidente trata de “consolarnos” diciendo que de
haber muro no lo pagaremos nosotros ¿a quién le creemos?
En noviembre
se decide el destino del mundo con la elección del nuevo presidente de
la Unión Americana, sería desastrosa una segunda visita de una persona tan
non-grata para los mexicanos, por lo que no nos queda más que desearle buena
suerte a Hilary, aunque cabe resaltar que con ella también estará pendiente la
discusión de los nuevos tratados de intercambio comercial, no crea que la
señora Clinton es muy feliz con la planta de Oreo en territorio nacional.
En fin, con el evidente repudio de la población por
esta polémica visita, Presidencia ya no supo ni dónde meterse; luego dijeron
que había sido idea de Videgaray y dieron unas cuantas “patadas de ahogado”
para justificarse, pero la percepción pública ya está dañada, nada más espere
las siguientes encuestas de aprobación del Ejecutivo, le garantizo un desplome
histórico.
¿Qué estabas pensando, Nicolás?
Otro que cayó de la gracia nacional esta semana fue Nicolás Alvarado, hoy
ex-director de TV UNAM. Y es que a pesar de su experiencia como periodista olvidó
la institución a la que representaba y en pleno duelo nacional despotricó
contra el fallecido Juan Gabriel.
Mientras muchas señoras lloraban la muerte del
músico y otros tantos señores se fueron de parranda en su honor, Alvarado se
autoreconoció como “clasista” en su columna de Milenio y tachó de “nacas” las
composiciones de El Divo de Juárez.
El fenómeno Fans de JuanGa-Nicolás es muy
interesante, podría decirse que ambos lados estuvieron mal. Por un lado, queda
demostrado una vez más que la libertad de expresión tiene sus límites –aunque
no debería de ser así-, que cuando uno cree estar criticando a una sola persona
o idea, olvida que también puede ofender a sus simpatizantes porque el mexicano
promedio es especialmente sensible cuando de trivialidades de la farándula se
trata.
No obstante, otro hubiera sido el caso si Nicolás
trabajara exclusivamente para Milenio o cualquier otra empresa privada, quizás
habría muchos ofendidos, pero difícilmente hubiese sido presionado para
renunciar. El conflicto, como ya lo mencioné es que Nicolás era cabecilla
cultural de los audiovisuales de la UNAM, la máxima casa de estudios en México:
PÚBLICA Y LAICA. Ahora hasta la CONAPRED lo trae en la mira para que vaya a
cursos de sensibilización y aprenda a no discriminar.
Lectores, que estas dos lecciones de hoy nos sirvan
para entender que nuestra opinión es importante, pero lo es aún más que sea
congruente con lo que representamos y hacemos. Es válido involucrarse en
acontecimientos relevantes y en temas polémicos es por supuesto obligatorio
para quienes escribimos.
A veces es recreativo incomodar, uno no está libre
de pecado pero por mi parte recuerde que este espacio es… “Sin ánimos de
ofender”
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