El organizar juegos olímpicos y/o mundiales no se ve como
algo malo, ya que supuestamente eso promueve turismo e inversión para el país
donde se desarrolla, pero en mi opinión personal, ese es un pretexto muy tonto
para quitarle dinero al pueblo.
Se gastan millones en la organización de estos eventos y la
economía no mejora, son pocos los que se quejan porque “al pueblo: pan y
circo”. El hecho de “echar fiesta y relajo” nos nubla la vista para distraer la
atención de los problemas al partido de fútbol, especialmente en México.
En Brasil, los manifestantes parecen tener numerosos
reclamos ligados a la pobreza persistente, al costo de vida cada vez más
elevado, pero también a las inversiones públicas masivas realizadas en el
marco de la organización de la Copa Mundial de Fútbol el próximo 2014.
La cólera en torno a
la construcción de estadios en diversas localidades, en previsión de la Copa
Mundial de Fútbol que Brasil organiza para el 2014, es un asunto que adquiere
amplitud. Ciertos proyectos se han visto sobrepasados en sus costos y han
registrado retardos.
Por otro lado, ya que hablamos de países europeos, los
economistas Andrew K. Rose y Mark Spiegel,
de la Universidad de Stanford, de hace dos años, descubrieron que organizar los
Juegos Olímpicos tiene incidencia en un aumento de las exportaciones para el
país, pero que este efecto es aún mayor para los países que terminan más tarde
en la organización de los juegos (Grecia sigue con deudas y repercusiones a
casi 10 años de las olimpiadas de las cuales fue sede).
Dicen que organizar
los Juegos es un mecanismo de exhortación para los países que tienen una
política en general favorable al comercio. Brasil arriesga bastante organizando
dos de los eventos mundiales deportivos más importantes; considerando los
fenómenos de la desaceleración del crecimiento económico y el aumento de la
agitación social, los grandes partidos brasileños van a cargar con una buena parte de las
responsabilidades si la situación no mejora.
En conclusión, yo no puedo determinar si está bien o mal
organizar encuentros deportivos; pero siempre defenderé la causa más justa y
este tipo de eventos siempre trae más repercusiones negativas que positivas
económicamente hablando; además, con toda sinceridad, a mí los juegos
mundiales, olimpiadas y etcétera ni me van ni me vienen por el momento, así que
apoyo a las personas que se ven afectadas directamente por los mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario