Desde el domingo, la Secretaría
de Gobernación y la PGR, han intentado explicarnos de forma coherente la fuga
de uno de los narcotraficantes más buscados en el mundo: Joaquín Guzmán Loera
-"El Chapo", para los compas-. Así como representantes de la administración
federal pretenden que yo entienda y me conforme con la versión del túnel
"invisible", pondré un ejemplo analógico, muy a partir de mi
situación:
Supongamos que hace unos meses
salí al balconcito que tiene mi departamento y decidí poner una especie de roof
garden en él a pesar del limitado espacio. Al hacer las instalaciones
necesarias, la tierra y los escombros restantes, caían en la terraza de mis
vecinos de los pisos de abajo, creo que hasta accidentalmente maté al canario
de Doña Chona el tercer piso, el pobre vio su fin cuando un pedazo de mosaico
de grandes dimensiones cayó sobre su jaula.
Mis vecinos de arriba eran
testigos de todo el ruido que hacía, pues además de los propiciados por las
herramientas, ponía música escandalosa
mientras lograba mi nuevo caprichito. A pesar de todo, ninguno se quejó, no me
hicieron escándalo a la puerta, no me acusaron con el administrador, Doña Chona
parecía no haber notado el deceso de "Pichirris" -así se llamaba el
canario-, etc.
El problema fue cuando el mini
jardín estaba terminado, 17 meses después. Hasta entonces el administrador del
edificio me dijo que no se podía instalar una estructura de esa complejidad,
Doña Chona me reclamó apesadumbrada con el cadáver descompuesto de
"Pichirris" en sus manos y los vecinos de arriba se quejaron de
música que ya no ponía.
¿Cómo es que nadie me detuvo
antes? porque el daño ya está hecho.
Así como se escucha de absurda mi
historia fantasiosa anterior, me suena la fuga de Chapo por un mega-túnel que
nadie vio ni escuchó, y que apareció así tal cual, con iluminación, ventilación
y todas las precauciones propias de la ingeniería más profesional.
Por cierto, ya que hablamos de
magnánimas construcciones y de "Pichirris", el canario ficticio, ayer
se dio a conocer que en el túnel por donde se dio el escape, fue inspeccionado
por aves, ya saben, como las que se utilizan para detectar acumulaciones de
bióxido de carbono u otros gases nocivos en minas o infraestructuras
subterráneas.
En fin, el Chapo-ducto de 1.5
kilómetros de largo y 19 metros de profundidad, además de sofisticado, resultó
supervisado tanto por personas, como por pájaros -algunos de ellos aún
encontrados con vida-.Y bueno, eso es sólo un vestigio de las muchas
contradicciones que hay en el caso.
Retener encerrado a un criminal
de la talla y poder de Joaquín Guzmán es idílico y casi imposible, estamos
hablando de un nuevo Pablo Escobar a la décima potencia, no obstante; si el
sistema penal asumiera la transparencia y eficacia de la que hace alarde en
todos sus spots, otra historia sería. La contrariedad es pan de todos los días
en México, pero vaya festín que nos aventó SEGOB ¿no?
Por su parte, EPN pasea en
Francia con la distinguida Primera Dama y otros cientos de acompañantes que sirven
de... ¿de qué? ¿para qué iban tantos? bueno da igual, lo paseado nadie se los
quita; mientras tanto, la credibilidad de su mandato se cae a pedazos y es
obvio que cuando termine su sexenio, nunca podrá pasearse entre los otros
ciudadanos de manera campante -mucho menos viajar en clase turista con "la
prole"-.
¿El Chapo? libre, ¿Osorio Chong?
"nomás milando" y Peña Nieto con miles de medallas de distinción en
el extranjero... pero ninguna aquí que le haya sido otorgada por conformidad
democrática.
Además de la clara fractura que
proviene de La Silla, parte de la sociedad también me consterna: alabar al
Chapo y verlo como un" ejemplo", a la par que exigimos justicia
social no es posible ¿dónde quedó nuestra lógica mexicanos? Cuando la reflexión
ética y el razonamiento lleguen a la vox populi podría ser muy tarde y las
consecuencias devastadoras.
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